Urano es el séptimo planeta del Sistema Solar, el tercero en
cuanto a mayor tamaño, y el cuarto más masivo. Se llama en honor de la
divinidad griega del cielo Urano el padre de Cronos (Saturno) y el abuelo de
Zeus (Júpiter). Aunque es detectable a simple vista en el cielo nocturno, no
fue catalogado como planeta por los astrónomos de la antigüedad debido a su
escasa luminosidad y a la lentitud de su órbita.16 Sir William Herschel anunció
su descubrimiento el 13 de marzo de 1781, ampliando las fronteras conocidas del
Sistema Solar hasta entonces por primera vez en la historia moderna. Urano es
también el primer planeta descubierto por medio de un telescopio.
Urano es similar en composición a Neptuno, y los dos tienen
una composición diferente de los otros dos gigantes gaseosos (Júpiter y
Saturno). Por ello, los astrónomos a veces los clasifican en una categoría
diferente, los gigantes helados. La atmósfera de Urano, aunque es similar a la
de Júpiter y Saturno por estar compuesta principalmente de hidrógeno y helio,
contiene una proporción superior tanto de «hielos» como de agua, amoníaco y
metano, junto con trazas de hidrocarburos. Posee la atmósfera
planetaria más fría del Sistema Solar, con una temperatura mínima de 49 K (-224
°C). Asimismo, tiene una estructura de nubes muy compleja, acomodada por
niveles, donde se cree que las nubes más bajas están compuestas de agua y las
más altas de metano. En contraste, el interior de Urano se encuentra compuesto
principalmente de hielo y roca.
Como los otros planetas gigantes, Urano tiene un sistema de
anillos, una magnetosfera, y satélites numerosos. El sistema de Urano tiene una
configuración única respecto a los otros planetas puesto que su eje de rotación
está muy tumbado, casi hasta su plan de revolución alrededor del Sol. Por lo
tanto, sus polos norte y sur se encuentran en donde la mayoría de los otros
planetas tienen el ecuador. Vistos desde la Tierra, los anillos de Urano dan el
aspecto de que rodean el planeta como una diana, y que los satélites giran a su
alrededor como las agujas de un reloj, aunque en 2007 y 2008, los anillos
aparecían de lado. En 1986, las imágenes del Voyager 2 mostraron a Urano como
un planeta sin ninguna característica especial de luz visible e incluso sin
bandas de nubes o tormentas asociadas con los otros gigantes. Sin embargo, los
observadores terrestres han visto señales de cambios de estación y un aumento
de la actividad meteorológica en los últimos años a medida que Urano se acerca
a su equinoccio. Las velocidades del viento en Urano pueden llegar o incluso
sobrepasar los 250 metros por segundo (900 km/h).
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