En 1995 un equipo de investigadores de la UCLA dirigido por
Andrea Ghez demostró mediante simulación por ordenadores la posibilidad de la
existencia de agujeros negros supermasivos en el núcleo de las galaxias. Tras
estos cálculos mediante el sistema de óptica adaptativa se verificó que algo
deformaba los rayos de luz emitidos desde el centro de nuestra galaxia (la Vía
Láctea). Tal deformación se debe a un invisible agujero negro supermasivo que
ha sido denominado Sgr.A (o Sagittarius A). En 2007-2008 se iniciaron una serie
de experimentos de interferometría a partir de medidas de radiotelescopios para
medir el tamaño del agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea, al
que se le calcula una masa 4'5 millones de veces mayor que la del Sol y una
distancia de 26.000 años luz (unos 255.000 billones de km respecto de la
Tierra). El agujero negro supermasivo del centro de nuestra galaxia actualmente
sería poco activo ya que ha consumido gran parte de la materia bariónica, que
se encuentra en la zona de su inmediato campo gravitatorio y emite grandes
cantidades de radiación.
Por su parte, la astrofísica Feryal Özel ha explicado
algunas características probables en torno a un agujero negro: cualquier cosa,
incluido el espacio vacío, que entre en la fuerza de marea provocada por un
agujero negro se aceleraría a extremada velocidad como en un vórtice y todo el
tiempo dentro del área de atracción de un agujero negro se dirigiría hacia el
mismo agujero negro.
En el presente se considera que, pese a la perspectiva
destructiva que se tiene de los agujeros negros, éstos al condensar en torno a
sí materia sirven en parte a la constitución de las galaxias y a la formación
de nuevas estrellas.
En junio de 2004 astrónomos descubrieron un agujero negro
súper masivo, el Q0906+6930, en el centro de una galaxia distante a unos 12.700
millones de años luz. Esta observación indicó una rápida creación de agujeros
negros súper masivos en el Universo joven.
La formación de micro agujeros negros en los aceleradores de
partículas ha sido informada, pero no confirmada. Por ahora, no hay candidatos
observados para ser agujeros negros.
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