El relieve de la Tierra varía enormemente de un lugar a
otro. Cerca del 70.8% de la superficie está cubierta por agua, con gran parte
de la plataforma continental por debajo del nivel del mar. La superficie
sumergida tiene características montañosas, incluyendo un sistema de dorsales
oceánicas, así como volcanes submarinos, fosas oceánicas, cañones submarinos,
mesetas y llanuras abisales. El restante 29.2% no cubierto por el agua se
compone de montañas, desiertos, llanuras, mesetas y otras geomorfologías.
La superficie del planeta se moldea a lo largo de períodos
de tiempo geológicos, debido a la erosión tectónica. Las características de
esta superficie formada o deformada mediante la tectónica de placas están
sujetas a una constante erosión a causa de las precipitaciones, los ciclos
térmicos y los efectos químicos. La glaciación, la erosión costera, la
acumulación de los arrecifes de coral y los grandes impactos de meteoritos
también actúan para remodelar el paisaje.
La corteza continental se compone de material de menor
densidad, como las rocas ígneas, el granito y la andesita. Menos común es el
basalto, una densa roca volcánica que es el componente principal de los fondos
oceánicos. Las rocas sedimentarias se forman por la acumulación de sedimentos
compactados. Casi el 75% de la superficie continental está cubierta por rocas
sedimentarias, a pesar de que estas sólo forman un 5% de la corteza. El tercer
material rocoso más abundante en la Tierra son las rocas metamórficas, creadas
a partir de la transformación de tipos de roca ya existentes mediante altas
presiones, altas temperaturas, o ambas. Los minerales de silicato más
abundantes en la superficie de la Tierra incluyen el cuarzo, los feldespatos,
el anfíbol, la mica, el piroxeno y el olivino. Los minerales de carbonato más
comunes son la calcita (que se encuentra en piedra caliza) y la dolomita.
La pedosfera es la capa más externa de la Tierra. Está
compuesta de tierra y está sujeta a los procesos de formación del suelo. Existe
en el encuentro entre la litosfera, la atmósfera, la hidrosfera y la biosfera.
Actualmente el 13.31% del total de la superficie terrestre es tierra
cultivable, y sólo el 4.71% soporta cultivos permanentes. Cerca del 40% de la
superficie emergida se utiliza actualmente como tierras de cultivo y
pastizales, estimándose un total de 1.3×107 km2 para tierras de cultivo y
3.4×107 km2 para tierras de pastoreo.
La elevación de la superficie terrestre varía entre el punto
más bajo de -418 m en el Mar Muerto a una altitud máxima, estimada en 2005, de
8848 m en la cima del Monte Everest. La altura media de la tierra sobre el
nivel del mar es de 840 m.
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