Estudio de órbitas
No se estableció definidamente hasta en el siglo XVI si los
cometas eran fenómenos atmosféricos u objetos interplanetarios, periodo en que
Tycho Brahe realizó estudios que revelaron que éstos debían provenir fuera de
la atmósfera terrestre. Luego, en el siglo XVII, Edmund Halley utilizó la
teoría de la gravitación, desarrollada por Isaac Newton, para intentar calcular
el número de órbitas en los cometas, permitiéndole descubrir que uno de ellos
volvía a la cercanía del sol cada 76 ó 77 años aproximadamente. Pronto, éste
comenzó a llamarse cometa Halley, y de fuentes antiguas se sabe que ha sido
observado por humanos desde el año 66 a. C.
El segundo cometa al que se le descubrió una órbita
periódica fue el cometa Encke, en 1821. Como el cometa de Halley, tuvo el
nombre de su calculador, el matemático y físico alemán Johann Encke, que
descubrió que era un cometa periódico. El cometa de Encke tiene el más corto
periodo de un cometa, solamente 3.3 años, y por consecuencia éste tiene el
mayor número de apariciones registradas. Fue también el primer cometa cuya
órbita era influida por fuerzas que no eran del tipo gravitacional. A pesar de
todo, ahora es un cometa muy tenue para ser visible a simple vista, pudo haber
sido un cometa brillante algunos miles de años atrás, antes que su superficie
de hielo fuera evaporada. Sin embargo, no se ha sabido si ha sido observado
antes de 1786, pero análisis mejorados de su órbita temprana sugieren que
corresponde a observaciones mencionadas en fuentes antiguas.
Estudio de sus características físicas
No fue hasta el periodo de la era espacial en que la
composición de los cometas fue probada. A principios del Siglo XIX, un
matemático alemán, Friedrich Bessel originó la teoría de que había objetos
sólidos en estado de vaporación: del estudio de su brillosidad, Bessel expuso
que los movimientos no-gravitacionales del cometa Encke fueron causados por
fuerzas de chorro creadas como material evaporado de la superficie del objeto.
Esta idea fue olvidada por más de cien años, y luego Fred Lawrence Whipple
independientemente propuso la misma idea en 1950. Para Whipple un cometa es un
núcleo rocoso mezclado con hielo y gases es decir utilizando su terminología
una bola de nieve sucia. El modelo propuesto por ambos pronto comenzó a ser
aceptado por la comunidad científica. Fue confirmado cuando una armada de
vehículos espaciales voló a través de la nube luminosa de partículas que rodeaban
el núcleo congelado del cometa Halley en 1986 para fotografiar el núcleo y
observaron los chorros de material que se evaporaba. Luego, la sonda Deep Space
1 voló cerca del cometa Borrelly el 21 de septiembre de 2001, confirmando que
las características del Halley son comunes en otros cometas también.
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